Vagabundeando por los pasillos [Alec]

La miré con tranquilidad cuando noté la expresión de horror en su rostro.
-Janie, creo que hay gente que ya lo sospecha. Al parecer no has sido muy discreta -dije riendo entre dientes. No era para tomárselo a broma, pero si me lo tomaba en serio probablemente sería mucho peor mi reacción.
-Por mi parte no se lo contaré a nadie -dije poniéndome solemnemente la mano en el pecho.
Miré a Jane intentando dejar atrás esa conversación.
-Pues tengo tiempo de sobra ahora mismo para dedicarlo a mi hermana -dije sonriendo- ¿Qué te apetece hacer? -pregunté.

Pero si yo era la reina de la discreción... a no ser que............. - EDWARD CULLEN! - dije con rencor en la voz... él era el único que podía leer mi mente, seguro se lo contó a su noviecita, alguien escuchó o a ella se le escapó - él ha tenido algo que ver en esto... me conoces Alec, cuando finjo, finjo perfectamente - dije cruzándome de brazos bastante molesta. Oí que dijo que no se lo contaría a nadie y la verdad no esperaba menos de él. - que qué me apetece hacer? pues matar a alguien! eso me apetece... dime quién sospecha y yo lo torturo hasta que muera... - vale ese fue momento de furia incontrolable. Suspiré levemente y traté de calmarme - no, eso no ayudaría, mejor ignorarles... si los torturo sospecharán... - joder qué difícil era ser yo en esos momentos...

Me encogí de hombros cuando dijo que se le habría escapado a Edward Cullen. Yo me había enterado por una Vulturi. Esperaba que no se diera cuenta mucha gente.
Reí cuando dijo que le apetecía ir a matar a alguien. Jane siempre tan impulsiva...
Acaricié sus hombros con suavidad.
-Vamos Jane, olvídalo -dije riendo- Seguro que nadie se lo toma demasiado en serio. Últimamente el castillo está muy parado y a los más aburridos les da por inventar chismes.

- que se inventen chismes, pero no conmigo... qué se han creído? insolentes! - dije molesta y miré a mi hermano tratando de controlar mi furia o acabaría torturándolo a él sin querer. - Te juro que... como lleguen esos rumores a mis oídos, les pesará... no desearía ser ellos cuando me los encuentre
Mis instintos asesinos estaban en su punto más álgido. No podía permitir que Roderick se enterara de eso, se burlaría de mí!!! y aunque yo le torturaría diciéndole que ya quisiera él que todos esos rumores fueran ciertos, me dolería que se riera de mí.
- quiero torturar gente... me acompañas? - pregunté sin ninguna emoción en la voz... lo que significa que no tendré piedad

Jane a veces me daba un poco de miedo, a pesar de que la conocía tanto como a mí mismo.
Sonreí para intentar tranquilizarla. Cuando se ponía así de furiosa tan sólo yo podía intentar calmarla.
-Jane, si vamos a torturar a gente así acabarás matándola y puedes meterte en un buel lío -dije con una risita- Te acompaño, pero si me dejas bloquearte cuando vea que te estás pasando.
Yo también tenía mi parte cruel, pero era algo más piadoso que Jane.

Arqueé una ceja. Ale siempre había sido más buenito que yo, yo era sádica y daba miedo... Alec al menos tenía corazón y nunca dejaba que me pasara con nadie. Sonreí débilmente - cuándo he dicho que no a eso? - susurré - no sé qué podría llegar a hacer si es que tú no controlas mi sadismo - le dije con sinceridad... probablemente acabaría matando a alguien y no quería eso... o sí? bueno, el hecho es que nunca había hecho eso y... Alec siempre me hacía pensar en lo horrible que debe ser esa clase de muerte. - vamos? - pregunté

Sonreí cuando ella aceptó mi propuesta y nos encaminamos hacia la terraza. Ese lugar era perfecto para lo que nos disponíamos a hacer. Podíamos ver a los que pasaban por la plaza y ellos a nosotros no.
Llegamos y miré a Jane.
-Bueno, empieza la diversión -dije con algo de sadismo- ¿a por quién vas a ir primero? -susurré fijando mi vista en los transeúntes.

La terraza, nuestro lugar favorito para torturar... nadie nos veía pero nosotros los veíamos a todos, controlábamos sus vidas a muchos metros de altura y ellos ni lo notaban...
Me senté en la baranda, con los pies hacia afuera, dando la espalda al castillo mientras buscaba una víctima.
No me elegía por alguna hasta que la vi... una chica bastante guapa, rubia, a la que todos miraban al pasar... me recordó a Romina y decidí empezar a torturarla
- Se siente como torturar a Romina - dije con cierta maldad en la voz

Sonreí con malicia cuando vi a la muchacha retorcerse de dolor y varias personas agolpándose en torno a ella, sin entender que sucedía. No se atrevían a tocarla.
No pude evitar una carcajada cuando Jane dijo que sentía cómo si torturara a Romina. Pero estuve atento a sus facciones, ya que podría irsele de la mano pensando que era aquella Vulturi a la que tanto odiaba.
-Venga Jane, para, vas a matarla -dije mirando a mi hermana- Janie...- Jane no respondía y tampoco se detenía por lo uqe tuve que hacer uso de mi don para que parara.
-Lo siento -dije mirándola con una sonrisa- No es Romina, esa chica no tardará mucho en morir del dolor si sigues así.

Estaba tan entusiasmada imaginando que era la zorra de Romina que no oí a Alec... hasta que él la bloqueó. - lo siento... es sólo que... supongo que me emocioné - dije encogiéndome de hombros mientras seguía mirando la plaza con interés.
- si tú fueras yo... a quién torturarías? - pregunté atenta a los movimientos de la plaza, los curiosos se aglomeraban como moscas alrededor del vinagre de manzanas... odiaba eso - decide pronto que los curiosos me empiezan a sacar de quicio... y procederé a torturarlos a todos - susurré con maldad

Sonreí cuando paró y me miró.
-¿Por qué no torturas al primero que toque a esa chica? -propuse riendo- Así pensarán que es contagioso o algo parecido.
Puse una sonrisa sádica, casi idéntica a las de Jane.
Uno de los más atrevidos se acercó a la chica y apenas la tocó empezó a retorcerse en el suelo. Reí mirando a Jane, aunque su cara estaba empezando a darme un poco de miedo.
-Recuérdame que nunca te haga enfadar Janie -dije preocupado.

- me has leído la mente, querido hermanito - dije con maldad mientras un sujeto se acercaba a la muchacha, ni bien la tocó hice que empezara a retorcerse del dolor como un pequeño e insignificante gusano. Los curiosos empezaron a alejarse y tenía pensado que para cuando empiecen a correr, todos ellos estarían retorciéndose en el suelo... un plan genial y maligno.
Escuché lo que decía y reí levemente - yo jamás podría enfadarme contigo, Ale... sería como enfadarme conmigo misma... - dije sin apartar la vista de la plaza

Seguí observando cómo aquel hombre se retorcía en el suelo y los demás retrocedían asustados. Reí pensando en que la crueldad de Jane no parecía conocer límites.
Suerte que me veía como la excepción.
-Me alegro de eso Jane -dije sinceramente, bloqueando al humano al que Jane estaba torturando.
-Juguemos Jane. Pongamos a prueba nuestros poderes -dije sonriendo- Tú los vas torturando alternativamente y yo tengo que descubrir a cuáles torturas e intentar pararte
La miré sonriente.

Lo miré con una sonrisa malvada y desafiante - vas a lamentar haber propuesto ese juego, hermanito... aunque será fácil saber a quién torturo porque lo verás revolcándose de dolor... acepto - dije mientras mi mirada volvía a la plaza... a quién torturar?

Empecé a torturar gente al azar, pero casi no podía hacer mucho porque casi inmediatamente Alec los calmaba... era divertido, como una carrera...
- nada mal, hermanito... nada mal - dije sonriendo... seguía torturando al azar, pero mis ojos se habían fijado en la víctima ideal...

Jane empezó a torturar a gente y nada más veía caer a alguien al suelo retorciéndose lo bloqueaba.
El jeugo era cada vez más frenético y los humanos caían como moscas entre la confusión general. Y Jane empezaba a repetir los humanos torturados, sin ánimo de rendirse. Fue entonces cuando no vi a nadie más retorcerse y pensé que Jane había parado.
-¿Te rendiste hermanita? -dije mirándola con una sonrisa de triunfo que se me borró al instante al ver su rostro concentrado y cargado de sadismo.
-¿Jane..? -pregunté sin entender- ¿A quién...? -revisé la plaza y vi que varios humanos corrían hacia un lugar que yo no podía ver bien.

Sonreí malévolamente cuando Alec me preguntó que a quién. Era obvio que lo distraía con los que estaban a simple vista mientras encontraba a la víctima ideal... y él no podía verla, no podía porque no sabía que estaba ahí, porque yo había distraído su mirada hacia otros lugares...
yo era una buena estratega... y era mala, muy mala.
Sabía que mi hermano se estaba desesperando, no podíamos oír los gritos que habían abajo, pero sí notábamos su desesperación.
- Oops!... creo que la maté - dije encogiéndome de hombros.
Al poco tiempo llegó la ambulancia y se llevaron a una mujer en una camilla y un cochecito de bebé. Yo reí... mi hermano alucinaría y no sabría a quién estuve torturando.

-¡Jane! -la regañé cuando dijo que la había matado. El sadismo de mi hermana no conocía límites- Diablos tenía que haberte bloqueado a ti -dije medio en broma medio en serio.
Meneé la cabeza con reprobación mirando la desesperación de la gente de la plaza. Al poco llegó la ambulancia y sacó a la mujer y al carrito de bebé. Un pequeño remordimiento me golpeó y miré a Jane.
-Estarás contenta, ¿verdad? -dije un tanto molesto- Eres incorregible -suspiré cruzándome de hombros- No había necesidad de llegar a tanto.
Desvié la mirada un tanto molesto.
-¿A quién te has cargado? -pregunté sin mirarla, con la vista perdida en la plaza.

- Claro que estoy contenta... gané - dije con una sonrisa malévola en la voz - no seas mal perdedor, hermanito... en la siguiente ganarás - dije con una gran sonrisa y poniendo carita angelical mientras lo miraba. Me preguntó que a quién me había cargado y reí.
- Eres un amante de los humanos, igual que Cullen... no deberías quererlos, son la cena - dije riendo - Alec, te alimentas de ellos, no quieras defenderlos, vale? y no me he cargado a nadie, lo dije por molestar... sólo la he dejado desmayada... y se han llevado al bebé porque no pueden dejarlo en la calle.... cuando la mujer despierte le darán a su bebé - dije algo aburrida.... por qué mi hermano tenía que tener tantos escrúpulos?

Escuché sus explicaciones y miré a Jane.
-No soy un amante de los humanos -dije mirando a Jane con molestia- Es sólo que no entiendo cómo puede resultarte tan divertido matar a alguien que no te vas a comer. Puede llegar a entender que te guste verlos sufrir -esbocé una sonrisa- A mí también me gusta. Pero hay un extremo al que no llego.
Acaricié el rostro de Jane con una sonrisa.
-A veces te tengo miedo Janie -musité casi riendo.

- Vale, vale, te creo... digamos que no te gusta jugar con la comida y está bien, apoyo tu decisión - dije encogiéndome de hombros - siempre has sido más benévolo que yo... eso me agrada, si no fuera así, el mundo ya hubiera desaparecido - reí.
Alec acarició mi mejilla y yo sonreí levemente. Reí cuando dijo que a veces le daba miedo - no temas, que no te haré nada... que teman los demás - dije abrazándolo con cariño

Sonreí cuando dijo que era más benévolo que ella.
-Bueno, desde mi punto de vista tú eres más sádica que yo -dije como regañándola, pero la abracé cariñosamente- Pero igual te quiero hermanita -reí entre dientes.
Suspiré aliviado de manera exagerada y teatral cuando dijo que a mí no me haría daño.
-Es un consuelo saberlo -bromeé acariciando su cabello- Te he echado de menos Janie, necesitaba hablar contigo.-dije mirandola.

- yo también te quiero Ale... qué sería de Jane sin Ale? - dije riendo - somos los mejores hermanos del mundo y a quien no le guste, le torturo! - dije riendo sinceramente. Yo no solía reír así, en realidad yo nunca reía, excepto cuando estaba con Alec. Él me conocía a la perfección y yo no tenía que fingir ser alguien que no era cuando estaba con él - yo también te he echado de menos... no tenía quién detuviera mis torturas - dije sonriendo mientras lo despeinaba.
- quiero salir esta noche por la ciudad, vienes conmigo?

Sonreí alegre cuando vi a Jane reirse de esa forma. Jane era adorable cuando se reía. Lástima que fuera tan seria con todo el mundo. Conmigo solía ser la muchachita encantadora que había sido siempre. Y yo me sentía mucho mejor cuando estaba con ella.
Coloqué un poco su cabello y acepté lo de salir esa noche por la ciudad.
-Creo que sí, últimamente está todo muy aburrido por el castillo -sonreí- Me vendrá bien salir.

Sonreí cuando aceptó salir conmigo. - genial, yo también me aburro en el castillo como no tienes idea! - dije sonriendo antes de despeinar sus cabellos - las chicas de la guardia no me tienen mucho cariño y eso que no las he torturado... creo que están celosas porque soy más linda que ellas y Aro me quiere más - reí antes de abrazarlo - la vida en este castillo es un infierno sin ti... - suspiré - pero bueno, esta noche seré buena y no torturaré a nada que no sea mi cena - dije levantando solemnemente la mano derecha

-Las chicas de la guardia te odian porque quieren tener un hermano como yo -dije en tono presumido intentando aguantar la risa.
Asentí cuando dijo que la vida en el castillo era un infierno sin mí. Yo sentía lo mismo. Desde pequeños éramos inseparables, y notaba que me faltaba algo cuando Jane no estaba.
-No puedo evitar que juegues con la comida antes de comértela -dije sonriendo- Pero no es necesario que mates a nadie que no te vas a comer. Es un desperdicio...
Reí divertido. En realidad me hacía algo de gracia el sadismo de Jane.