Vagabundeando por los pasillos [Alec]

No había nada interesante que hacer. El castillo lo tenía todo, pero eso ya no divertía como antes, al menos no después de tantos siglos estando ahí.
El señor Aro no había enviado a nadie a una misión aún y eso era algo desesperante! extrañaba no poder torturar vampiros que rompían normas en lejanos y desconocidos parajes que me moría por conocer.

Salí de mi habitación y me puse a deambular por el castillo, en silencio, en busca de algo que pudiera distraer mi mente. Hace algún tiempo que no hablaba con alguien de la guardia, ni siquiera con mi propio hermano y de hecho eso me hacía sentir un poco relegada.

Habia estado toda la mañana fuera del castillo, contemplando cómo la gente iba y venía y cómo transcurrían sus vidas. Veía en sus caras monotonía y rutina, lo cual se me hacía irónico. Sus vidas serían mucho más cortas que la mía y aún así pensaban que se aburrían. No quería ni imaginar qué pasarían si se encontraran una vida como la mía. Y más últimamente, ya que en Volterra no pasaba nada de nada.
Me dirigí al castillo cuando empecé a sentir algo de hambre. Iba hacia mi habitación cuando me pareció ver a Jane. Aceleré el paso hasta alcanzarla.
-Jane, hermanita -saludé cuando llegué a su lado- ¿Cómo estás?

No esperaba encontrar a nadie por ahí, hasta que escuché que una voz muy conocida me saludaba... mi hermano. El único ser en este mundo que ha estado junto a mí en todo momento y con el que he compartido todo. Sonreí al verlo - Ale! vaya! qué sorpresa, no esperaba verte por aquí - dije sin borrar la sonrisa de mi rostro. Él, junto a Sulpicia y Aro eran las únicas personas a quienes les sonreía con sinceridad.
- pues bien, supongo... aunque bastante aburrida... no sabes dónde se han metido todos? o es que ha habido día libre y jamás me he enterado? - me quejé.

Le devolví la sonrisa a Jane con alegría. Hacía algún tiempo que no tenía oportunidad de hablar con ella.
-Yo también estoy bastante aburrido -asentí- No hay mucho que hacer últimamente -me encogí de hombros.
Sonreí cuando preguntó si había día libre.
-No, que yo sepa -contesté- Yo he estado toda la mañana en el pueblo, y no he visto a nadie de la guardia por allí, así que no sé dónde demonios andará todo el mundo.

Me encogí de hombros... el Castillo era bastante grande y a veces por ello era difícil encontrarse con otros guardias, pero no verlos para nada era el colmo! - qué tal si vamos a la terraza a torturar a los humanos que pasan por la plaza? - pregunté con inocencia, no se me ocurría nada más que hacer.
- Alec... quería preguntarte algo, pero no te había visto - dije con seriedad - sinceramente... qué piensas de los nuevos miembros de la guardia?

Reí cuando propuso lo de ir a torturar a los que pasaban por la plaza. Yo tenía mi punto de crueldad y sadismo, pero no llegaba al de Jane.
-Oh, Jane, no seas así -dije con una sonrisa divertida.
Mi rostro se puso serio cuando me preguntó por los nuevos miembros de la guardia.
-No sé, no los he visto mucho -respondí mirándola con curiosidad- Al parecer los dos chicos se integran bien en la guardia, y la chica... pues es bastante llamativa, pero creo que tiene segundas intenciones.
Me encogí de hombros.
-¿Tú que opinas? -pregunté atento a su respuesta.

- No tengo nada contra los muchachos de la guardia... de hecho me caen bien - dije restándole importancia - no soporto a Romina... esa mujer planea algo que no me gusta - dije mirándolo con seriedad.
- Alec, lo que voy a decirte es muy serio... pero no puedo decírselo a nadie más... eres en quién más confío en todo el mundo... - lo miré con seriedad y algo de temor - Esa tipeja busca seducir al Señor Marcus... convertirse en parte de la realeza y luego derrocar a nuestro Señor Aro y a nuestra Señora Sulpicia
No sabía si él me creería, pero yo sabía que esos eran los planes de esa mujer.

Escuché las palabras de Jane con cierta incredulidad. Sí me había parecido que Romina trataba de acercarse a Marcus, pero pensaba que era por atracción, y no porque quisiera el poder.
-Vamos, Jane, eso no puede ser -dije mirándola- No creo que pueda derrocarlos sólo acercándose a Marcus. Aro tiene demasiado poder y bueno, te tiene a ti -dije sonriendo.
Tener a Jane de tu lado era siempre un punto a favor, y casi siempre decisivo. La sonreí con mirada tranquila.

- Estoy segura, Ale... más que segura... sé que no lo logrará, pero lo intenta, por eso debemos estar más que alertas - dije mirándolo con seriedad - Alec, desde que estamos aquí hemos sido los favoritos de los Señores... no voy a permitir que esa recién llegada ose quitarnos nuestro lugar en este Castillo... dándose aires de Gran Señora, cuando sólo es una cualquiera - dije casi escupiendo las palabras, con molestia - la torturaría si es que esa lagartija no se fuera a quejar donde Marcus por absolutamente todo... cómo la detesto!!! - dije enojada

Vi que Jane se iba enfadando por momentos. La miré intentando tranquilizarla con una sonrisa.
-Venga Janie, no te pongas así, podemos dominar la situación -dije acariciando su hombro- Además, los Señores nos necesitan y no se atreverán a ponernos en su contra.
Lo cierto es que Marcus empezaba a estar prácticamente cegado por esa tal Romina. Pero confiaba en que Aro se mantuviera mucho más cuerdo.
Miré a Jane con cierto toque de curiosidad.
-¿Y qué tal con los otros dos nuevos Vulturi?

- lo sé... sólo que me molesta que quiera apoderarse de Volterra - dije tratando de tranquilizarme... mi hermano era de los pocos que sabían cómo aplacar mi ira, o de lo contrario estaría buscando a quien torturar. Me preguntó por los otros dos y yo no supe qué responder... últimamente me sentía rara junto a Rod y no sabía muy bien a qué se debía y no quería averiguarlo.
- pues... digamos que me agradan... Joaquin es muy divertido, me causa gracia cuando molesta a Cullen... y Roderick es bastante sádico y sanguinario... aprendo algunas cosas de él

Sonreí cuando se tranquilizó. No me gustaba verla enfadada. Además, siempre que lo estaba aumentaba el número de torturados en proporción al tamaño de su enfado.
La miré intentando descubrir alguna emoción que se le escapara cuando habló de los dos nuevos Vulturi. Casi imperceptiblemente se había puesto nerviosa al hablar de Roderick. Cualquier otro no lo hubiera notado, pero yo era su hermano y la conocía casi como a mí mismo. Y eso, sumado a los rumores que me habían llegado...
No pude evitar mirarla con cierot reproche y desvié la mirada.
-¿Hay algo más que quieras contarme, Jane? -dije intentando poner dulzura en mi voz.

Lo miré confusa por un momento... había sido muy obvia cuando mencioné a Roderick? Imposible, lo hice perfectamente, nadie hubiera notado que que me había puesto algo nerviosa... pero bueno, era Alec y él era el único que me conocía lo suficientemente bien como para darse cuenta. Suspiré. Podía contárselo, pero él no lo comprendería.
- Hay algo más que quieras escuchar, Ale? - pregunté en el mismo tono que él y me arrepentí de haberlo hecho. Me había puesto en modo defensivo y ahora sí sospecharía.
- Bueno... hay algo, sí... pero no sé si deba o pueda contártelo - dije cruzándome de brazos y apoyándome en una de las paredes. Alec se lo tomaría mal... muy mal.

Noté el tono defensivo de Jane y supe que había acertado con mi pregunta. la miré aún más interrogante, esperando que no dijera lo que yo me temía que iba a decir.
-¿No crees que debas contármelo? -dije mirándola un tanto serio. Eso sí que era una sorpresa. Por lo general, Jane y yo compartíamos nuestros pensamientos y sentimientos el uo con el otro. Y la idea de que quisiera ocultarme algo se me hacía raro.
-Vamos Jane -pedí con un poco más de amabilidad- Sea lo que sea creo que estoy dispuesto a escucharte y a ayudarte -quizá había dicho eso demasiado a la ligera. Si era lo que yo me temía no tenía la menor intención de ayudar a Jane en su propósito.

Reí irónicamente - Alec, te conozco... no lo harás - suspiré con pesar. Odiaba ocultarle las cosas a mi hermano, pero... qué hacer? estaba en un dilema... un horrible dilema.
- vale, te lo diré... pero sólo... no me interrumpas hasta que deje de hablar, vale? - vi que asentía y suspiré con cansancio.
- últimamente me he estado sintiendo bastante extraña con uno de los nuevos... Roderick - vi que arqueaba una ceja - al inicio pensé que sería porque hay alguien tan sádico como yo... sabes que mi sadismo llega a niveles insospechados y al parecer el suyo también y empezó a agradarme... aunque creo que ahora me agrada un poco más de la cuenta - suspiré

Me apoyé en la pared escuchándola. Estuve tentado a interrumpirla, pero había prometido no hacerlo. Mi expresión fue mudando desde la comprensión hasta la seriedad.
-Vamos a ver si he entendido -dije mirándola con algo de dureza- ¿Quieres decir que te sientes atraída por Roderick?
La miré escrutando su rostro.
-Vamos Janie, eso no puede ser -exclamé mirándola interrogante- quiero decir, tú... -su mirada me hizo titubear y no fui capaz de acabar la frase.

- yo soy una psicópata sin sentimientos... lo sé, no tienes que recordármelo - dije con cansancio - no sé qué me pasa... es extraño... por momentos siento que no soy yo y eso me da un poco de miedo... no sé si me entiendes
No iba a decirle que me sentía vulnerable o que simplemente me entraban ganas de torturar a alguien cuando lo veía cerca de otra mujer... no quería aceptarlo ni ante mí misma, que estaba empezando a gustarme Roderick... y que también empezaba a quererlo.
- supongo que se me pasará - suspiré aunque no creía para nada en mis palabras

Dirigí una mirada inexpresiva a Jane, sin saber bien qué decir.
-No iba a decir eso, Jane -la miré un tanto enfadado. No pretendía decir que ella fuera una psicópata sin sentimientos, más bien era otra cosa que quizá la hiciera enfadar un poco más- Sólo que... nada déjalo -musité.
Si le decía que era demasiado pequeña para Roderick se enfadaría mucho conmigo. Pero era lo que pensaba. No quería que sufriera por alguien que quizá sólo la veía como una diversión y nada más.

- sólo que Roderick anda mirando a Heidi, Renata y Corin y obviamente no me mirará porque luzco como niña? - pregunté bajando la mirada - también lo sé, Alec... no creas que no me he dado cuenta... así pasen 10000 años, seguiré pareciendo una niña de 15 y obviamente el jamás se fijaría en... una niña - dije bajando la mirada y con frustración en la voz... no tenía posibilidad alguna y era consciente de eso y justamente por eso dolía y por eso evitaba el tema y trataba de pensar que era algo pasajero y nada más.
- no te preocupes, Ale... soy muy consciente de que no va a ocurrir nada

-Bueno, quizá si las mira a ellas será porque no está hecho para ti -dije mirándola. Justo de eso quería protegerla, de enamorarse de un idiota que pudiera hacerla daño. Y Roderick parecía cumplir ese perfil.
Vi que se entristecía un poco y me acerqué a abrazarla.
-Vamos Jane -dije con una sonrisa- Es algo pasajero, ya se te pasará.
Decía eso aunque no estaba tan seguro de ello. Jane era bastante obstinada y seguro que no se daría por vencido. Tendría que andarme con mil ojos.

- Sí... eso espero Ale - dije abrazándolo con fuerza. Hasta ese momento no me había planteado nunca la idea de andar con alguien, de que me alguien me agrade... de que... me... en... bueno, eso! de alguien. Hasta ahora... y la verdad que era difícil. Nadie me iba a tomar en serio porque era una niña... lucía como niña, me vestía como niña, era, a los ojos de todos, una niña... y creo que hasta mi hermano me ve como niña!
- te quiero Ale... no sé qué haría sin ti... no tendría a quién decirle todas estas cosas - dije sin dejar de abrazarlo, mientras sentía un leve ardor en los ojos... maldición, esto está llegando demasiado, demasiado lejos.

Aunque teníamos la misma edad, yo siempre había visto a Jane como alguien a quien tenía que proteger. Algo irónico, porque Jane sabía cuidarse solita. Claro, excepto de los tipos encantadores que sólo querían jugar con ella.
-Eres mi hermana Jane -dije acariciando su rostro- No voy a dejar que nadie te lastime.
Suspiré intentando tranquilizarte.
-Quizá lo mejor es que no te acerques demasiado a Roderick - Supe al instante que no debía haber dicho eso, y con ese tono de orden. Jane no se lo tomaría demasiado bien.

Oí lo que decía Ale y asentí levemente. Siempre habíamos estado uno al lado del otro, cuidándonos y protegiéndonos. Incluso cuando iban a quemarnos en la hoguera siempre estuvimos el uno junto al otro, para asumir nuestro destino juntos. Cuando mencionó a Roderick sentí como si me clavaran algo en el pecho. Dolía... pero alejarme de él dolería más, o al menos eso creía yo...
- Alec... sé lo que tengo que hacer... no tienes que decírmelo, lo sé muy bien
Adoraba a mi hermano, pero a veces era excesivamente sobre protector conmigo.
- tú... ya sabías algo? - pregunté mientras lo miraba fijamente

-Si en algún momento no puedes manejar la situación o tienes problemas sabes que puedes contar conmigo, Janie -musité esperando que no se lo tomara como si estuviera metiéndome en su vida.
La mirada de Jane cuando me preguntó si sabía algo me desarmó.
-Algo me había llegado, pero necesitaba que tú me explicaras que te pasaba -dije mirándola- Creo que últimamente hemos estado un poco distantes el uno del otro -comenté sin apartar la mirada.

- lo sé Ale... lo sé - murmuré mientras lo abrazaba. Aunque teníamos la misma edad, Ale siempre me había protegido y yo adoraba que lo hiciera... sólo me daba el lujo de ser vulnerable con él y éste era uno de esos momentos de vulnerabilidad, uno de los pocos que tenía, pero que me hacían sentir indefensa.
- cómo que algo te había llegado? - dije con expresión de horror en mi rostro - es que nadie puede saberlo, Ale, nadie! - dije asustada - maldición, voy a tener que torturar a unos cuantos idiotas... incluyendo a Roderick... - dije con molestia.
- Supongo que sí... no hemos hablado últimamente... lamento no haberme dado tiempo para ti... prométeme que hablaremos más seguido, vale? - susurré como niña pequeña, sin dejar de abrazarlo, cuando comentó que habíamos estado distantes... era cierto eso, pero nunca era tarde para enmendar un error