Una conversación decisiva [Edward]

Estaba empezando a oscurecer y para mi suerte y la de mas de un vampiro que estaba ya frustrado de tantos días soleados, había nevado, por lo que el cielo estaba encapotado y no dejaba pasar un solo rayo de sol, simplemente perfecto. Salí del castillo después de haberme pasado como una hora buscando a Bella entre los pasillos de piedra, no tenía idea de donde se había metido, aunque seguro andaría "comiendo" y prefería no pensar en ello así que mejor irme fuera. Me encaminé por las calles cubiertas de una fina capa de nieve, llenas de viandantes que charlaban alegremente y en algunos casos hasta jugaban con los copos que seguían revoloteando o con la nieve cuajada del suelo. Era uno de aquellos dichosos días en que la gente se volcaba a las calles en masa, con sus familias y amigos, algo que me resultaba de lo mas irritante dado que estaba aquí solo con Bella y ahora mismo ella no estaba conmigo, pero bueno iba a tener que asumirlo y pasar a pensar en otra cosa.

Al pasar junto a una cafetería me sobresaltó el ruido de unos nudillos golpeando el cristal junto al que pasaba en aquel instante, al voltearme casi me embargó la alegría cuando divisé el rostro de Alice. Entré rápidamente a la cafetería y fui hasta su mesa, dedicándole una amplia sonrisa antes de sentarme con ella. -¡Alice! Que grata sorpresa, ¿que haces por aquí? -pregunté algo entusiasmado, aunque no mucho siendo yo como era, los entusiasmos eran mas cosa de Alice en la familia.

Me acomodé en el sitio donde acababa de sentarme y eché un rápido vistazo al local y de forma inconsciente también escuché para ver si alguien nos prestaba atención, por suerte no mas de la normal. Seguramente no tenía porqué hacer estas cosas pero me tenía tan aprendido el papel de vigía silencioso que lo hacía sin darme ni cuenta. Me crucé de brazos sobre la mesa mientras miraba atentamente a Alice. Me alegraba de una forma infinita el haberla encontrado, todo contacto con mi familia para mi era muy importante y estando en Volterra no tenía mucho de eso, aunque claro merecía la pena con tal de poder permanecer junto a Bella.

-Las coincidencias de la vida... -comenté un tanto divertido y alcé una mano haciendo un gesto despectivo con ella. Reí levemente y volví a mirar a mi hermana, entonces fue cuando me di cuenta, aquella sonrisa nerviosa de Alice casi hizo que se me removiese algo dentro, mala señal. Al instante borré la sonrisa de mis labios, sus pensamientos estaban controlados como siempre así que no podía sacar nada en claro, a parte del echo de que se estaba armando de valor para hablarme de algo, lo que me puso aun mas tenso. -Alice... -pronuncié su nombre con cautela cuando tomó mis manos entre las suyas. Ya me veía venir una catástrofe, si Alice estaba seria, es que la había. De repente me soltó aquella bomba, mi cara debió reflejar la sorpresa y autocontrol que estaba teniendo por no ponerme a dar voces y llamar la atención. Tomé una bocanada de aquel innecesario aire en pos de calmarme y cerré los ojos en el proceso, exhalé el aire con parsimonia y fruncí los labios en una línea cuando abrí los ojos mirándola fijamente. No tardé nada en asegurarme de que me lo decía totalmente en serio, algo que odiaba haber comprobado. -¿Que ha pasado? -conseguí articular palabra finalmente, hablando en un tono prudencialmente bajo. Estaba ideando teorías dentro de mi mente a velocidad de vértigo, ya que la de Alice era como un bunquer infranqueable, odiaba que hiciese eso. -Dime que no te ha echo nada, porque no quiero tener que hacerlo pedazos... -mascullé a medida que notaba mi creciente enfado salir a superficie.

Ya me lo habia notado, asi que no podia echarme atrás, no ahora, pero como iba a decirselo? Seguramente se largaria diciendome que me odia o algo por el estilo, siempre habia sido la inocente de la familia, la niña encerrada en cuerpo de mujer, la que siempre obedecia y la que intentaba que siempre fuesen bien las cosas. -No, Jasper no me ha hecho nada malo, es por mí... -Bajé la mirada, no sabia realmente como decirselo, asi que opté por echarle valor y decirselo de golpe. -Ocurrió el otro dia en casa, Jacob Black vino a preguntar por Bella... -Empecé a dar golpecitos con el pie, nerviosa. -Me lo encontré en la entrada y le abrí, estuvimos hablando un buen rato y me explicó que se había imprimado... -Comenté en un susurro sin atreverme a levantar la vista. -Edward... Jacob se ha imprimado de mí... -Tomé aire, necesitaba asimilar esas palabras aun, se me hacia muy extraño. -Lo más extraño es que cada vez que le veo tengo una sensación extraña... -Ya se lo habia dicho, ahora solo me hacía falta esperar, esperar la reprimenda del siglo.

En el instante en que Alice mencionó lo de la separación ya había empezado a generar un enfado de lo mas peligroso en mi interior, algo que ahora me esforzaba por contener y dejarlo ahí dentro ya que no era lugar ni situación para montar una escena y tampoco era yo de montar escándalos, al menos no exteriormente. Mi ira homicida que estaba enfocada hacia Jasper como principal objetivo de una serie de torturas y males que no deseaba a nadie realmente, de repente quedó aplacada cuando oí sus palabras. -¿Como que por ti? -dije totalmente desconcertado mientras la escudriñaba con la vista entrecerrando los ojos, y para que mentir, su mente también estaba sometida a mi exhaustivo escrutinio.

La mención de Jacob Black, hizo peligrar por un instante la integridad de la mesa. Apreté los puños sobre esta, permaneciendo absolutamente tenso y prácticamente fuera de la silla de lo inclinado hacia delante que estaba oyendo atentamente las explicaciones de Alice. -Así que Black se ha imprimado... -comenté mas para mi que para ella cuando mencionó aquello. Entonces recordé el tema que estábamos tratando. Alice y Jasper se separaban y Black se había imprimado, ¿que demonios tenía eso que ver? Justo en el instante en que las cosas encajaron dentro de mi mente, las palabras de Alice me lo confirmaron, pude notar el temor en su voz y no era menos pues ahora si estaba cabreado, pero que muy cabreado y mi ira homicida tenía un nuevo objetivo, uno que ya se conocía de hacía tiempo y al que ya le tenía bastante ojeriza. Cuando dijo aquello ultimo clavé mis ojos en los suyos, sin piedad alguna, casi como si quisiera fulminarla con la mirada ahí mismo. Esto tenía que ser una broma de mal gusto, no podía estar pasándome, imposible. -¡Ni soñarlo! -espeté de repente sin haber tenido tiempo a controlarme. Media cafetería se giro ante mi bramido por lo que me tuve que contener de romper algo. Gruñí amenazante mientras alzaba un dedo señalando a Alice, a quien seguía mirando fijamente mostrándole todo el esplendor de mi enfado con aquella mirada asesina. -Nunca, jamás, voy a permitir eso... Aléjate de él, olvídalo, es una especie opuesta, un maldito cazador de vampiros... -siseé lo suficientemente bajo para que solo me escuchase ella. Bajé mi dedo dando un golpe a la mesa al hacerlo.

Podia ver a Edward como cambiaba de estado por segundos, primero una clara confusión se apoderó de el, después en cuanto fue encajando las cosas empezó a enfadarse y finalmente, su rostro reflejaba una ira inmensa, sabia como era Edward y tambien sabia que si no le hubiera dicho en ese preciso momento que pasaba se habria acabado enterando por si solo, y podria haber sido mucho peor, tomé aire por un momento para intentar tranquilizarme, sabia que ahora no podia replicar, ni contraponerme ni nada, Edward no dudaria ni un minuto en hacer puré a Jacob, y eso yo no lo queria.
Me pasé una mano por el pelo nerviosamente cuando Edward gritó No! Y pude observar aun sin levantar la vista del todo que mucha gente se habia girado para escuchar un trozo de conversación, seguramente les parecía interesante. Edward, te estás comportando como un crío, como un posesivo... -Dije en un susurro advertidor para indicarle que el tambien debia bajar la voz. -No hay ninguna razón para que te comportes así! -Mascullé frunciendo el ceño, me tocaba el combate mas duro de todos, lidiar con mi hermano.

El enfado que tenía iba creciendo por segundos alcanzando una magnitud que lo hacía rozar la cólera asesina. Es mas estaba seguro que si ahora me cruzaba con Jacob Black el pobre individuo no tendría ocasión ni de verme venir antes de que lo hiciese pedazos. Pero claro Alice pensaba que mi enfado estaba totalmente infundado y le parecía una actitud estúpida, claro ella no lo veía desde fuera, era una locura, una tremenda locura. Ni en la peor de mis pesadillas iba a permitir que ese sujeto se acercase a mi hermana a menos de cien metros y con un bozal puesto.

Fruncí el ceño y la miré severamente sin apartar mis ojos oscuros de ella, ya que con tanta ira dentro mis ojos estaban empezando a oscurecerse por momentos, mala señal, sin duda. -No me taches de crío... La irresponsable aquí eres tu... -mascullé casi masticando las palabras con desprecio. -¿Alice es que no lo ves? No puedes estar con él... ¡No puedes! -de nuevo había alzado la voz y de nuevo nos miro media cafetería. Carraspeé y fulminé a un par de cotillas con la mirada, esos seguro que no miraban más. Regresé mi atención a Alice, permaneciendo aún con los puños cerrados con fuerza en pos de no romper nada. -¿Que no hay razón? Pero te estas oyendo maldita sea... -susurré con fiereza y di un golpe en la mesa, que procuré fuese lo mas suave posible, aunque hice temblar le cenicero que había encima.