Descargando mi ira [Sulpicia]

Yo y mi maldita imprudencia!! había arruinado otra oportunidad con él... y todo porque choqué con él y le llamé idiota... en todo caso la idiota era yo que no podía controlarme. Odiaba tener cuerpo de niña, tener las malditas hormonas adolescentes alteradas, odiaba todo lo que me rodeaba!!!

Me encontraba molesta y con ganas de torturar bichos... pero tal vez presintiendo mi ira, ningún miserable animalejo estaba cerca de mí... eso sólo elevaba mi frustración.
- MALDICIÓN!!! ODIO LA GUARDIA!!! - grité con todas mis fuerzas antes de dejarme caer sobre una roca.

Levanté la mirada, incrédula... mi madre estaba ahí, mirándome y diciéndome que había hablado con él - QUE?! - grité bastante alterada, pero respiré y traté de calmarme - lo siento, no quería gritarte, mamá - dije mientras me tronaba los dedos en clara señal de nerviosismo. Ella no le hubiera dicho nada que me hiciera sentir mal o que me comprometiera, pero tenía miedo.

- y bien? - pregunté soltando un suspiro de resignación

- NO ESTOY VOLUBLE!!! - grité... vale sí lo estaba. Suspiré - lo siento... sí, estoy un poco voluble...tonta... confundida - admití frustrada mientras buscaba en vano algún animalejo al cuál torturar...
- mamá? - pregunté con voz de niña pequeña, sintiéndome muy vulnerable - y es bueno que esté confundido? o es malo? - tenía miedo... me acerqué a ella y la abracé, contuve las ganas de sollozar que tenía... en toda mi vida de vampiro no lo había hecho y no lo iba a hacer ahora

No había respondido a mi pregunta... eso significaba que era malo. Demonios! lo estaba echando todo a perder. La oí mientras trataba de calmarme, no podía perder el control en este momento o terminaría dañándola, a ella, a la que me cuidaba y protegía como a una hija. Suspiré cuando dijo que mi mundo se vino abajo cuando él llegó. Lo cierto es que mi mundo había sufrido una especie de cataclismo brutal que no me dejaba vivir.

Asentí cuando me preguntó si quería oír la historia de cuando conoció a Aro... seguramente eso me ayudaría a comprender lo que me ocurría.

Off: voy a dormir, es tarde y me duele la cabeza, seguimos mañana ^^

- él te correspondía, mamá... él te quería... siempre lo he oído decir que tú eres la súa cantante - sonreí con amargura - nunca hay garantía de que la persona que uno ama te corresponda y cuando ocurre eso... pues es maravilloso
-mamá... él me verá como a una niña, no puedo hacer nada contra eso... es una locura, será mejor que me olvide de esto
Era cierto, no ganaba nada ilusionándome, ni deprimiéndome. Tenía que seguir con mi vida, lo quisiera o no, así habían sucedido las cosas

La idea de cazar era muy buena - pero cazaremos humanos, verdad? odio cazar animales - dije con una pequeña sonrisa sádica mientras me acomodaba el cabello innecesariamente.
- quiero torturarlos antes... te parece si los seduces y los traes hasta aquí y luego los torturo y luego dejamos que intenten correr por su vidas antes de matarlos? - pregunté con "inocencia" al tiempo que ponía la cara más angelical que podía, esa que había conseguido que muchos se acercaran a ayudar a "la pobre niña en problemas" sin saber que les esperaba la muerte

Vi que mi madre venía seguida de dos apetitosos muchachos. Me quedé esperando a que se acercaran más. Una vez que estuvieron frente a mí, me quité la capucha, dejando ver mis ojos rojos. Ellos se asustaron, pero no pudieron correr ya que mi poder los había tumbado al suelo, mientras se retorcían de dolor.

- Así que pensaron que tenían cita fácil? - dije riendo con malicia mientras los veía retorcerse - hoy serán mis juguetes y si se portan bien, tal vez les deje vivir... si no, que les quede el consuelo de que en la muerte no sentirán dolor

En estas ocasiones me sentía como una Diosa omnipotente, haciendo que se arrastrasen de dolor, suplicando piedad... - Piedad? qué es eso? - pregunté con malicia mientras disfrutaba con su dolor

El otro muchacho miraba horrorizado a su amigo mientras yo dejaba de torturarlo...
- Si quieres vivir... corre - le dije
Empezó a correr como pudo, el cuerpo aún le dolía y yo le enviaba descargas de dolor cada cierto tiempo... era divertido ver cómo intentaba escapar... luchar por su vida.
Lo dejé en paz un rato y luego salí corriendo detrás de él, salté y caí delante de él
- Bu!
El pobre lanzó un grito de terror el cual callé cogiendo su cuello y levantándolo para luego calmar la sed, que quemaba en la garganta... triste final.

Volví hacia donde se encontraba mi madre, me sentía mucho mejor y hasta mi humor había mejorado... -qué hacemos con los cuerpos de estos miserables? - pregunté con cierto aire de inocencia, no podíamos dejarlos ahí sin comprometer nuestra existencia.
- vamos a destrozarlos, quemarlos y enterrarlos? - pregunté, no se me ocurría otra cosa, pero tal vez mi madre sabría qué hacer con ellos.
Suspiré mientras esperaba una respuesta y esperaba que no vinieran más humanos.

- Este fuma, y tiene encendedor... qué oportuno! - dije mientras revisaba los bolsillos de mi víctima, no pensaba robar nada, tenía suficiente dinero como para vivir tranquila, pero quería ver qué de interesante podría encontrar y el encendedor era una de esas cosas.
Levanté una roca e hice un agujero profundo debajo, antes de tirar a mi humano dentro. Mamá hizo lo mismo y lancé el encendedor dentro, mientras veía los cuerpos quemarse con rapidez. Cubrí con tierra y coloqué la roca en su lugar y la tierra restante la tiré por ahí, dispersándola, no se notaba nada.

- listo... - sonreí con maldad