Observando Volterra [Rod]

Estaba aburrida y la verdad es que quería estar sola. No soportaba a la tal Romina; las chicas de la guardia iban a salir de compras y los demás no me importaban mucho. Hacía poco que mi madre me había hablado de cómo al tener 15 años eternos me afectaría, porque estaría en plena adolescencia toda mi vida. Nunca me había preocupado mucho eso, pero ahora me alteraba todo.

Me senté en uno de los barandales de piedra, con los pies hacia el abismo y la espalda hacia el castillo, mientras observaba la plaza... no había nada interesante.
busqué una víctima al azar y empecé a torturarla... me divertía ver a la gente que se acercaba a ayudar, sin saber que poco o nada podrían hacer.

Me sobresalté al oírlo, no me había percatado de su presencia... tan concentrada estaba en torturar gente a lo lejos - Roderick... - murmuré débilmente mientras veía a la ambulancia llegar y subir al tipo que estaba en el piso inconsciente debido al dolor.
Mientras subían la camilla hice que un enfermero sintiera un dolor insoportable, haciendo que cayeran la camilla, el sujeto inconsciente y el otro enfermero.
Reí débilmente.
No se me daba bien estar junto a Roderick... mis "hormonas adolescentes", como lo llamaba mi madre Sulpicia, se habían alterado un poco desde que él llegó a la guardia y eso no me gustaba. Afortunadamente podía torturar gente para distraerme y liberar tensiones.
Se armó todo un alboroto en la plaza... pobres humanos, acercándose al peligro sin saber que están todos en mis manos y que podría matarlos si lo quisiera.

- A veces - respondí mientras veía todo el drama que habíamos causado en medio de la plaza. El dueño del auto como loco gritando, la policía que ya llegaba, la gente en pánico total y los estúpidos de la prensa corriendo para tener la primicia.
- Interesante... lo del auto fue inesperado, pero hizo que el drama tuviera un final apoteósico - dije desviando levemente la mirada hacia él.
Me giré y bajé a la terraza, la diversión ya había acabado. Y la verdad es que no sabía cómo desenvolverme con los nuevos miembros de la guardia, especialmente con Roderick. Me confundía mucho su forma de ser, aunque me encantaba que fuera tan sádico como yo.
- no es común verte por aquí... - murmuré sin demostrar emoción alguna en mi voz - qué te trae a mi pequeño dominio?
Las terrazas estaban monopolizadas por Alec y por mí. Siempre nos divertíamos desde aquí. Él quitándole sentidos a la gente y yo haciéndoles sentir dolor.

- No sé si tomarlo como un halago o no... porque finalmente no sé si pensar que encontraste algo interesante o no - dije suspirando - la terraza está libre para el que quiera venir, sólo lo decía porque Alec y yo solemos venir aquí a causar alboroto en la plaza
Desvié la mirada por un segundo, seguían limpiando nuestro desastre - la próxima debemos hacer que corra sangre - murmuré mientras sonreía malévolamente... últimamente mi sadismo se incrementaba bastante y eso no era bueno para las pequeñas criaturas que me rodeaban.
Miré a Roderick y vi que sus ojos rojos también tenían ese brillo de maldad que siempre veía en los míos. Por primera vez en mucho tiempo me permití sonreír sinceramente a alguien que no fuera Alec, el señor Aro o mi madre Sulpicia. Aunque sólo duró unos segundos, porque casi al instante mi rostro volvió a reflejar la falta de emociones que lo caracterizaba

- ¿Hacer correr sangre? ¿A esta distancia? - negué con la cabeza como un niño pequeño que está frente a una comida que le desagrada por completo. - Prefiero aprovechar ese elixir. - Hace ya unos días que no había salido a cazar, y hasta este momento no me había dado cuenta que me encontraba bastante sediento. - Podríamos salir a cazar algún día - tras dicho esto me sentí como un completo tonto. Le había propuesto hacer algo juntos. A Jane. No podía creer que así de rápido había dejado que se me escapara lo que pensaba. Pero no era mi culpa, la responsable era aquella criatura rubia de engañoso aspecto. Intenté arreglar lo antes dicho, y rápidamente agregué:
- Hacer una expedición de caza con la guardia para conocernos mejor, y no permanecer tanto tiempo encerrados en el castillo. Yo creo que a Joaquin y a Romina le encantarían la idea, así los nuevos nos integramos más.

Arqueé una ceja - la guardia no sale de caza, se alimenta aquí... no queremos levantar sospechas - dije con frialdad mientras lo miraba fijamente - Heidi se ofendería mucho si le propones salir de caza... Demetri y los demás te dirían que estás loco y Alec... te diría que uno de los sentidos que no te podría quitar, porque no lo tienes, es el sentido común - dije divertida, esas serían sus reacciones, no por nada los conocía cientos de años - sin embargo... yo creo que disfrutaría de una sesión de caza... si no les dices a los demás, claro... no quiero que se ofendan - lo miré esperando una respuesta
- no sé qué piensen los nuevos, tal vez quieran ir también
Casi al instante me arrepentí de decir esa última frase, pero no lo demostré. Últimamente me sentía extraña al lado de Roderick y... sinceramente pasar tiempo a solas con él se volvía un plan bastante tentador y agradable.

¿De verdad era tan susceptible y sensible la guardia que se ofendería o pensaría aquello? No iba a discutirle a alguien que ya los conocía quien sabe cuantos años.
Medité un momento lo que había dicho, ¿así que no tenía sentido común?
Cuando dijo que disfrutaría de una salida de caza me metió en aprietos, de los que salí rápidamente cuando agregó a los otros nuevos en el plan. - Sí, tenemos que preguntarles para ver qué opinan. - tomé una pausa con la que miré como las nubes iban lentamente moviéndose en el cielo - ¿crees que te dejen salir? - una de las cosas en las que me había dado cuenta era de la forma en la que trataban a Jane, era una especie de princesa en aquel lugar, a la cual cuidaba de sobremanera - No creo que a tu hermano le guste mucho la idea - dije volviendo la mirada a sus profundos ojos rojos.
Alec, pensar en él me hacía mascullar ciertas palabrotas mentalmente. Apenas le conocía y ya estaba seguro que no era para nada de mi agrado. PARA NADA.

- me dejarán salir... jamás me dicen que no - dije con seguridad. Ser la pequeña de la guardia tenía su lado bueno, además que Sulpicia y Aro me habían adoptado como hija y me adoraban, era prácticamente la princesa de Volterra. Siempre hacía lo que quería y nadie en la guardia me discutía o le iría mal - Alec... - murmuré. Mi hermano me sobreprotegía demasiado, como si no pudiera cuidarme sola y eso me molestaba a veces - no tiene por qué gustarle... no podrá dar su opinión si no se entera - dije con cierta malicia en la voz, que hasta sonaba divertido.
- sólo te pido que no invites a Romina - lo miré fijamente. Esa mujer no me gustaba para nada. Tenía en sus planes convertirse en la nueva Reina de Volterra y yo no permitiría eso. Mis padres eran quienes gobernaban Volterra y esa recién llegada no me iba a quitar mis privilegios, esos por los que he luchado tantos años.
Me quedé mirando sus ojos carmesí durante largo rato... eran como imanes que atrapaban los míos. Suspiré y haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad, desvié la mirada hacia la plaza.

- Ya imagino que me acusan de secuestro luego - dije un tanto divertido. No sería una jugada extraña de Alec, pues desde el primer instante, en el que llegué a Volterra y nos conocimos, estaba casi seguro que él había adivinado mis intenciones con su hermana, por lo que se encontraba dispuesto a alejarme. ¿Típica manera de actuar de hermano celoso sobreprotector? Era lo más probable.
Me extrañé un poco cuando dijo que no invitáramos a Romina. Ella no había hecho nada malo contra mí, por lo que no le tenía ningún tipo de rencor, y no entendía la posición de Jane. - ¿Qué pasa con Romina? - le pregunté con un tono que dejaba claro que defendía a la chica que no se encontraba presente en ese momento.

En ocasiones como la que había recién pasado, cuando Jane clavaba sus ojos de esa manera en los míos, podía llegar a creer la absurda idea de que yo le llamaba la atención. Debían ser imaginaciones mías. En fin, uno siempre tiene la libertad de soñar. ¿Qué estaba pensando? No me podía dar el lujo de soñar. Jane me podía parecer interesante, pero nada más.
Dejé a un lado el debate interno para escuchar su respuesta con respecto a lo de Romina.

- Se nota que eres nuevo en el negocio... esa... la tal Romina... tiene un plan, cree que no me he dado cuenta de sus intenciones, ja! tendré apariencia de niña... pero tonta no soy - dije cruzándome de brazos - Bien, si tanto la defiendes, tal vez deberías pasar tu tiempo con ella, en lugar de perderlo conmigo...
Me dolía decir eso, pero odiaba, ODIABA que la defendiera... además, la tipeja esa era toda una mujer, no una niña, como yo... lo miré fríamente - no te has dado cuenta que anda excesivamente cariñosa con Marcus?... quiere ser de la Realeza... la avaricia se le nota en los ojos... y yo no voy a permitir que esa niñata venga a meterse en MI familia - sentencié con frialdad - antes pasa sobre mí cadáver
Me crucé de brazos y desvié la mirada, ya no quería verlo... el sólo imaginarlo con Romina, dolía... dolía mucho... pero yo no era la clase de persona que muestra sus emociones.
Miré nuevamente a la plaza y empecé a torturar a mi nueva víctima, para poder aliviar un poco el dolor que sentía dentro del pecho.

- tu presencia no me molesta... en lo absoluto - murmuré, la frialdad de mi voz había disminuido - me molestó que defendieras a Romina sin antes saber por qué la atacaba - "y me molestó mucho" dijo mi mente, pero no tenía sentido recalcar aquello.
Desvié la mirada para verlo, pero me choqué nuevamente con sus ojos... qué grave error! no pude apartar la vista de esa mirada que me capturaba... me sentía tan vulnerable. Desvié de nuevo la mirada, para mirar el suelo... tenía que decir algo... pero qué?
- Entonces...Joaquín, tú y yo... de caza? - pregunté como confirmando el plan - sólo avísame el día y la hora y estaré ahí - dije con seguridad mientras miraba al cielo. No quería mirar sus ojos, porque era una locura, suicidio...
Dónde había quedado la racionalidad de la que tanto me jactaba? creo que las había perdido en sus ojos la última vez que lo miré... y ahora iba a buscarla, a ver si la encontraba...

off: voy a dormir! mañana seguimos

Me quedé mirándolo como idiota hasta que preguntó dónde estaban todos y desvié la mirada - Heidi, Renie y las demás chicas han salido de compras... a hacer "cosas de mujeres" - dije con molestia, jamás me incluían, porque yo era "la niña". Nunca me había importado que me dejaran de lado, pero últimamente me afectaba que todos me vieran como niña pequeña... odio ser la niña pequeña. Me crucé de brazos, aburrida, visiblemente molesta por lo que acababa de decir - los chicos deben estar haciendo cosas de chicos... - suspiré.
- si no tienes con quién hablar... puedes quedarte aquí conmigo... no me hace mal la compañía - "especialmente tu compañía" pensé - a veces es aburrido estar sola en el castillo sin nada que hacer, más que torturar a simples bichos miserables

Miré a la plaza... parecía que nada hubiera pasado hace unos momentos, la gente volvía a la rutina, a su vida...

Lo miré también arqueando una ceja - no es que no me gusten, es que... - y de pronto él dio en el clavo. Asentí levemente, cuidando de no mirarlo a los ojos - nunca lo hacen... ellas hacen "cosas de mujeres" y para ellas yo no entro en esa categoría... yo... sólo soy una niña - dije con rencor en la voz. Odiaba tener que decirle eso a Roderick, pero era la verdad... lucía como una mocosa de 15 años, por amor al cielo! y ellas lucían como guapas chicas de 19 a 23 años... me sentía un bebé, pese a tener más de 200 años. Me crucé de brazos con molestia... como si no fuera obvio para él.

- No es amabilidad... es simplemente cuestión de lógica... tú andas sólo y aburrido en el castillo, yo igual... entonces... por qué no pasar el rato juntos y matar el aburrimiento? - susurré tratando de hablar sin ningún tipo de emoción