Visita a mi doctor favorito [George]

Eran más o menos las 8 de la noche y gracias a Carlisle sabía que estaba por terminar el turno de George, por lo que decidí darle una visita sorpresa usando mi tan característica espontaneidad.
Llegué al hospital en faceta de humano normal y caminé por los pasillos hasta finalmente pararme frente a la puerta de donde se encontraba mi doctor favorito. Toqué un par de veces y luego abrí la puerta sin esperar a que me diera la señal para entrar.
Entré sigilosa y miré a George quien parecía muy concentrado escribiendo algunas cosas en tanto su escritorio estaba lleno de papeles. -doctor, no tenía cita para hoy pero espero que pueda atenderme de igual manera...- dije mientras me sentaba en la camilla aguantándome la risa, aún no me miraba por lo concentrado que estaba y no se daba cuenta de que era yo quien le visitaba.

Le mostré una sonrisa al ver que al parecer le agradaba mi visita. Di un pequeño salto para bajar de la camilla intentando de que se viese lo más humanamente posible y me hinqué frente a él para ayudarle a recoger sus papeles. -Te he pillado en mal momento?- pregunté levantando la vista para encontrarme de frente con su dulce mirada. Terminé de recoger las cosas y me puse de pie para dejar todo sobre el escritorio. Tenía ganas de abrazarle o de besar su mejilla a modo de saludo, pero mi condición de vampiro me impedía tener cualquier tipo de contacto físico con él, peor aún considerando que era un médico y me daría por "gravemente enferma" al corroborar mi temperatura corporal.

-Así que justo vas terminando tu turno... cualquiera diría que lo hubiera sabido- sonreí de medio lado, este era solo el inicio de tantos favorcitos que tendría que hacerme mi tío Carlisle.
-He estado bien, haciendo lo de siempre - no quise dar detalles de lo que significaba "lo de siempre" ya que para alguien como yo la rutina diaria contemplaba cosas que no podría explicar a otro que no fuese de mi misma especie. -Y tu? ¿cómo has estado? ¿haz tenido mucho que hacer aquí?- pregunté examinandolo con la mirada, lucía como siempre, para mi mala suerte... perfecto. Me vi en la obligación de desviar mi vista, tenía que dejar de sentirme atraída por el, eso podría ser una tragedia.

Su pregunta me desorientó completamente y era muy probable de que mi rostro lo haya demostrado así. De pronto comencé a pensar lo peor ¿mis ojos habían cambiado?
Me dirigí rápidamente hacia un espejo que colgaba y me miré para comprobarlo pese a que no tenía sed, ya que me había alimentado bien los días anteriores. Aún incrédula seguí mirándome atentamente -¿Por que debería encontrarme mal?- pregunté sin poder aguantar la curiosidad y luego tras verificar que aparentemente lucía "normal", volví a voltear para verlo.
-Me siento muy bien- afirmé con seguridad -pero quizá me haga falta dar un paseo...que dices? ¿te gustaría acompañarme?- le mostré una sonrisa nerviosa, necesitaba que cambiáramos de tema y que mejor que cambiar de ambiente para ello.

Al igual que él me abrigué subiendo hasta arriba el cierre de mi abrigo siempre en plan de mostrarme normal pese a que no tenía frío alguno por el especimen que era. Abrió la puerta de la habitación y me invitó a salir primero que él. Contesté con una sonrisa y salí dando unos pequeños pasos para luego detenerme mientras él se encargaba de cerrar la puerta. Una vez me alcanzó me puse frente a él y le acomodé la bufanda que traía en el cuello -ahora si, estamos listos- dije sintiendo más de cerca su delicioso aroma, agradeciendo al cielo mi increíble fuerza de voluntad.
Era la primera vez que iba a estar fuera del hospital con George, las veces anteriores que nos habíamos visto siempre fingía casualidad en los encuentros justificando que realmente venía a ver a Carlisle. Era una perfecta instancia para conocernos mejor y eso era justamente lo que más me atemorizaba, el no podía enterarse que era un monstruo realmente asi que estaba mentalizada a comportarme como una verdadera mentirosa para poder ocultar mi condición.

off: Abres nuestra salida? =D

-Que frío ¿verdad?- dije tras cruzar la puerta del hospital y vernos golpeados por una fuerte ráfaga de viento, ese fue el punto inicial de mis mentiras. No es que fuera buena mentirosa y disfrutara de ello, pero no tenía más opción que recurrir a ellas como un acto desesperado por poder mantener en lo posible mis visitas con George.
¿Beber? ¿cenar? oh, que bien... dos de tantas cosas que no acostumbraba a hacer. -No tengo hambre ni sed- respondí de inmediato, tenía que cambiar el panorama. -Preferiría quizás solo dar un paseo, ya he comido antes de venir- justifiqué con una sonrisa.
-Que tal el lago? dicen que por la noche las estrellas se reflejan en él- añadí intentando convencerle, suplicando interiormente que no fuésemos a encontrarnos con algún peligro llendo al bosque, no podía tener tan mala suerte.
Enrollé mi brazo en el de mi acompañante como pretexto del frío y caminé junto a él de ese modo aprovechando que mi fría piel estaba cubierta por el abrigo y se mimetizaba con el clima dejando de verme sospechosa de enfermedad para mi querido doctor.

Off: Ahí tienes la respuesta

Cuando me apegó a su cuerpo, volví a sentir una enorme calidez que hace años no experimentaba debido a la distancia que me preocupaba mantener con los humanos.
Me transmitía muchísimo calor pese a que él estaba a punto de ponerse a temblar por las bajas temperaturas, aunque en comparación con mi cuerpo el parecía practicamente una estufa o algo asi. -Me parece perfecto ir en tu moto- Sonreí y para no quedar menos enrollé mi brazo alrededor de su torso para continuar caminando en aquella posición. Adoraba pasar tiempo con George, pero por otro lado también era consciente de lo peligroso que eso podría resultar. De todos modos no pensaba alejarme de su compañía aunque eso significara ser muy cuidadosa en absolutamente todo lo que hacía y decía, pero aún así valía la pena.