Despejando [Romina]

Las noches en el castillo me parecian ya eternas y parecia un infierno, con Edward e Isabella ahí adentro como un par de tortolos era insoportable, el lazo que los unía era insoportable para mí, me hacia recordar demasiado a Didyme, de su muerte ya habian pasado siglos pero el solo echo de persivir el fuertelazo que tenian aquellos dos que habian llegado al castillo y a los cuales Aro habia acojido muy bien simplemente me hacian recordar los días en que siempre estaba feliz.. y ahora.. me parecia.. repugnante, no era algo muy grato verlos a los dos paseando de aqui para haya con esas caras..
Trataba de ocultar mis sentimientos, evitandolos cada vez que podía y hablando lo menos posible cuando se hayaban presentes.

Aquella noche habia decidido salir a los jardines exteriores del castillo para despejar mi mente un poco si aquello era posible, tenía tantas cosas encima.. aparte de los dos tortoloes estaba Romina, no sabía que me estaba pasando con aquella vampiresa, me intrigaba cada movimiento que ella hacia, su actitud algo tenía que me llamaba la atención.

Eran más de las 11 y caminaba en la obscuridad, cuando un leve efluvio llegó a mí, sabía perfectamente de quien se trataba y antes de dar otro paso medite rapidamente en lo que debía hacer y decidí pasar desapercibido, como si no me hubiera dado cuenta de nada, aunque aquello era imposible, solo esperaba que ella no me dirigiera la palabra.. solo eso esperaba.

Eran los once de la noche y el castillo hervía en actividad, todo mundo estaba haciendo sus cosas o realizando sus tareas, yo estaba libre, así que decidí irme al jardín a pasear por ahí. Esa tarde, debido a que no había habido nada de sol, había ido de compras y había comprado un par de zapatos, un vestido que me quedaba como una segunda piel y que sólo a mí se me podría ver tan bien, y me compré dos bolsas de mano.
Ahora, estaba dándome un tiempo para no hacer nada, pero mi no hacer nada - quiso el destino- que se convirtiera en hacer algo, pues pude divisar a Marcus caminando por ahí. Peiné un poco mi cabello y me dirigí hacia donde él estaba.

- Buenas noches, maestro ¿hay algo que pueda hacer por usted?

Estaba dispuesto a seguir caminando, si ella no hablaba sería lo mejor, tal vez para mí, pero ultimamente ella se empeñaba en acompañarme a donde fuera lo que me hacia sentirme tramendamente atraído hacia ella, era bella sin duda, pero habia algo mas en ella que me atraía, si carácter aunque en lo cruel y frivola era igual que todos.. en ella no podía persivir algun sentimiendo de simpatía o cariño hacia alguien de la guardia, era lo que me tenía atrapado sin duda, todos en la guardia tenían a alguien con quien tenían cierto.. afecto por asi decirlo, Aro y Cayo con sus respectivas esposas, Jane con Alec y demás pero ella.. en eso era diferente.

Mis pasos eran sigilosos, tratando de comunicar que.. ¿queria estar solo? o.. ¿que esperaba tener un momento a solar para hablar con ella?, mi decisión estaba casi lista y según yo ya estaba tomada, si hablaba solo contestaria lo necesario y si no.. sería mejor para mí.

Pude divisar de reojo como ella alisaba su cabello, señal de que se aproximaria, lo que me hizo parar en seco para esperar que hablara. Y ahí estaba, enfrente de mí, con su elegacia tan característica pero aún asi tan guapa. En un principio no supe que contestar cuando pregunto aquello, un simple no cortante demostraría mi actitud que casi siempre mostraba pero con ella quería ser diferente y no sabía por que demonios queria serlo.

- Buenas noches Romina - saludé cortesmente - Por ahora no hay nada, le agradesco su disposicion por hacer algo por mi en todo momento - dije en un susurro que aún asi ella escucharia - ¿Puedo preguntar que hace usted aqui a estas hora? Digo, cuando puede estar en las zonas que se que le agradan más.

Me pasé una mano por el cabello, desordenándolo un poco mientras mordía mi labio inferior para ocultar una sonrisa de satisfacción y para lograr atraer su mirada hasta ellos. Estando con Marcus Vulturi siempre me comportaba como una chica distinta, en parte por mi deseo de seducirlo, en parte porque él jamás me había faltado al respeto como los demás miembros de la guardia.
Durante un tiempo había comprendido que yo no podría estar con los miembros de la guardia porque yo no tenía mis intereses puestos en servir, yo quería ser servida, y lo lograría, atraparía a Marcus Vulturi y ya nadie volvería a pasar por encima de mí.

- Es todo un placer para mí servirlo, señor y por favor, no es necesario que me hable de usted, esa es una antención que yo debería tener hacia usted, no al revés- repuse haciendo una leve inclinación con la cabeza para luego alzar la mirada para sonreírle con "timidez" - Pues yo deseaba estar unos momentos alejada de los cotilleos de la guardia y creí que el jardín era un lugar perfecto para pasar unos momentos a solas...por cierto señor, espero no estarlo interrumpiendo de ningún modo, si desea que me retire, sólo digámelo.

Paso su mano por el cabello, desordenandolo levemente lo que la hacia parecer un poco más salvaje, algo que no le hizo perder su encanto sino que lo engrandecio.. ¿por que pensaba aquello? era algo que no podía evitar pensar.

Alze una ceja cuando menciono el de no hablarle de usted, era algo que solía hacer con todos, claro habia sus ecepciones como mis hermanos e incluso alguna que otra vez con Jane o Alec que eran los que se podían decir que tenían mas tiempo en la guardia.

Lo que me hacia pensar era si seguir su "consejo" o simplemente decirle que era algo que me caractirizaba.

- Lo lamento Romina, es algo que hago con todos - dije refiriendome a lo del "usted" - Quizá en un futuro pueda hacerlo, es algo que siempre haré y no hay muchas esepciones - dije observando cada faccion de su rostro, ya que su mirada me había.. cautivado, a veces pensaba que ella tenía dos personalidades, conmigo se solía portar de una manera diferente a como podía ver se portaba con los demás.

- Pense que esto de pasear por los jardínes no le gustaba - dije aun refiriendome a ella de usted, como habia dicho antes solo habia algunos a quien me dirigia personalmente - Pero al parecer me he equivocado y.. no, no me ha molestado solo estaba un poco pensativo en lo desagradable que puede ser el lazo de nuestros.. "invitados" - dije con cierto desdén, pero podía sentir como mi mandinbula se tensaba

Cuando me explicó lo del por qué me hablaba de usted, negué con la cabeza, restándole importancia, en menos tiempo de lo que se imaginaba, acabaría hablándome de diferente manera, eso lo podía asegurar.

- Descuide, lo comprendo, no tiene qué preocuparse por no hacerlo, por mí está bien que me hable así, es sólo que yo considero que hablarle de usted a alguien es porque tienes un cierto respeto hacia la otra persona - le respondí mientras ambos caminábamos acompasadamente por el hermoso y amplio jardín.

La noche era hermosa, las estrellas brillaban con todo su esplendor, y el cielo estaba completamente oscurecido, nada digno de importancia siendo la hora que era.

- No, me gusta mucho el jardín, siempre que tengo la oportunidad vengo a pasear por aquí, las flores son bellas al igual que su aroma y aquí no hay quien te juzgue...- dije en voz baja, comenzando con mi plan de "hacerme la víctima" - pero no importa, supongo que para usted debe ser difícil tener que estar presente cuando están los Cullen

Pense en su primera respuesta.. ¿que me estaba diciendo? trataba de interpretar sus palabras de la manera mas coherente posible, ¿ella pensaba que no le deberia tener algun respeto? o ¿acaso ella pensaba que no merecia ningun respuesta?

Tal vez inconcientemente empezé a caminar a paso lento por el jardín, ella me acompañaba, mientras yo aún seguía pensando en la respuesta a su comentario, observando su rostro y tratando de entenderla mejor, algo que no podía hacer, no era mi hermano Aro para poder tocarla y ver lo que pensaba.

Deje de observar su rostro para concentrarme en su respuesta y mi vista de vez en cuando estaba fija en el suelo y otras en el paisaje que nos rodeaba, tanto en el jardín como en el cielo.

Lo que dijo me sorprendio y me hizo pensar en lo poco que tal vez la conocia, yo pensaba que ella era más.. de las que les gustaban las compras y todo lo relacionado con algun tipo de compra.. no el aire libre, pero como habia dicho me habia equivocado por lo que tambien el pensar en que podiamos juzgarla antes de conocerla me hizo hacer una mueca.

- Si.. es dificil - comente serio - La gente suele juzgar a los demás por como ellos se muestran ante los demás - dije, cambiando de tema, tampoco quería tocar el tema de mi pasado.

Seguimos caminando por el jardín, Marcus era un vampiro que siempre parecía enajenado en sus pensamientos, cosa que complicaría mis planes un poco, pero no por ello persistiría en mi objetivo de conquistarlo, sabía que por lo menos, yo le llamaba la atención o al menos pensaba en mí de un modo u otro.
La verdad es que, a diferencia de lo que los demás podían pensar de mí, sabía cómo complacer a los vampiros, y mi misión ahora consistía en encontrar los deseos ocultos de Marcus para poder realizarlos y así, ganarme su corazón.

- Yo no creo que usted sea de los que juzgan a los demás, es obvio que no lo ha hecho conmigo - susurré "humildemente" - Sé que no debería de hablar de este modo, pero creo que de los tres maestros es usted el más sabio de todos, y perdone mi atrevimiento pero lo admiro mucho.

Una sonrisa burlona recorrio mi rostro por unos segundos, pero esta no era de mucha burla sino que una parte de ella era de amargura, ¿cuantas veces habia escuchado algo similar?, no solo a mí me habian dicho aquello, a mis hermanos igual les habia pasado y por experiencia y al saber como era aquel ambiente de que el mas poderoso o más "fiel" sobrevive aquello me parecia una completa mentira pero decidí no decir nada.

Me paré en seco y me pusé delante de ella, mirandola hasta cierto punto fríamente, con una sonrisa torcida.

- Que yo sepa usted no tiene el don de saber quien la ha juzgado mal y quien no o el de leer mentes ¿me equivoco? - pregunté, para después seguir mi camino, dejandola unos pasos atrás, habia decidio en aquel momento mostrarme como siempre lo hacia ante presentes, ¿el detonante? el comentario

Marcus se adelantó unos pasos y yo quise darme de topes contra la pared de piedra. Ese hombre era de lo más difícil, y sin duda me costaría trabajo lograr mi objetivo, pues no sólo era conquistarlo, tenía que ganar su confianza y a parte debía de enamorarlo lo suficiente para que aceptara que se casara conmigo. Si fracasaba, podía ver mis intentos de ser reina en la basura.
Respiré profundo y taché los elogios de mi lista, al parecer eso sólo lo alejaría más. Debería de usar otra táctica o sino mis esfuerzos serían en vano. Decidí no seguir caminando a su lado, en vez de ello fui a sentarme en un banco de piedra que estaba junto a los rosales. Al parecer la luna quería ayudarme en mis planes, porque por su posición, su luz me iluminaba la mitad de mi rostro, dándole un toque de misticismo al asunto.

- No puedo leer las mentes como su hermano, pero no es necesario hacerlo, escucho los insultos y las humillaciones de las bocas de mis "compañeros" a cada momento, no es algo agradable de escuchar, por eso prefiero estar sola, así nadie te hiere en verdad - susurré imprimiéndole dolor a mi tono de voz, esperando que él se ablandara un poco por ello

Sin darme la vuelta pude persivir como ella se desplazaba, no para seguir caminando a mi lado sino para sentarse en una banca de piedra, maciza junto a unos rosales perfectamente colocados en aquel jardín. Me di la vuelta, a varios pasos alejados de ella cambiando mi sembrante, no por uno de felicidad sino a la máscara que siempre solía poner, la del serio, mis labios solo eran fina línea delgada en mi rostro y tanto mi mandíbula como mis manos estaban tensas.

Su rostro se veía iluminado por la luz de la luna, algo que le daba un toque más... sensual, mas sin embargo mi posición no cambio, hasta que ella menciono aquello... mis manos se relajaron un poco pero la tensión de mi mandíbula seguia igual. No me parecía algo nuevo, el ambiente en la guardia no se podía decir que era de "total amor", siempre existian ribalidades, odios y todo por ser alguien notorio, algo simplemente estúpido.

No pensaba que le afectaba demasiado.. aunque su tono de voz me hacia dudar asi que solo me encojí de hombros.

- Este es el ambiente aqui querida Romina - dije alzando una ceja - Ahora veo el por que tu no tienes algún lazo emocional que no sea de odio con alguien

Bueno, al menos había hecho un avance, ahora esperaba no volver a equivocarme diciendo algo que pudiera volver a alejarlo. Sabía que debía de irme con cuidado con Marcus, pero no sabía hasta qué grado debería de ser cuidadosa. Alce mi mirada y le sonreí débilmente en señal de que apreciaba su comentario, no por lo que me decía, sino porque había seguido hablando conmigo.

- Sí, no es fácil encontrar a alguien que no desee pisotearte y hacerte sentir como basura - le respondí mientras tomaba una rosa y la acercaba a mi nariz para percibir su aroma, luego continué - por eso me gusta estar aquí a solas, no teniendo quién me diga lo mucho que me odian, sé que no es motivo para enorgullecerse, pero a veces hasta me da risa que me odien tanto, significa que soy tan importante en sus vidas que deben de estar al pendientes de lo que hago o dejo de hacer, claro que no negaré que yo tampoco soy perfecta, si compro tantas cosas y soy tan "superficial" es porque es la mejor manera de llenar vacíos - me reí con un poco de sarcasmo y siendo más honesta que otras veces

Decidí desviar la mirada a un lugar donde no pudiera ver su rostro, la luna, en ese instante habia aprendido que verlo me hacia confundirme mas por el echo de que a comparacion con los demas al hablar no parecia denotar lo que en verdad en pensaba en su rostro.

- ¿Has pensado en el echo de como uno puede llegar a comportarse? - pregunté, aún viendo la luna y me di cuenta que inconsientemente le habia hablado de tú.

Habia oído rumores del por que del odio hacia ella, podía oír a algunos de la guardia hablando de que ella y de su actitud desafiante, burlona, habia decidido no ponerle atencion a aquellos comentarios ya que en la guardia comunmente se oían, pero ahora que ella lo mencionaba las palabras venian a mi cabeza como si las estuviera escuchando en ese momento.

- ¿Sabe por que la "odian"? - pregunté, interesado en saber si ella estaba conciente de lo que pensaban de ella y que opinaba al respecto, y de nuevo habia retomado el "usted"

Tuve que morderme el labio para evitar que una sonrisa curvara mis labios, era obvio que en un momento de descuido, Marcus me había hablando de "tú" en vez de usted, lo que hizo que sintiera una gran satisfacción, quizás no estaba tan lejos de conseguir mi propósito.

- Sí, me imagino que si no fuera an egoísta las cosas me irían mejor en la guardia, pero tampoco me gusta el ambiente que se vive ahí, de hecho, hay muchas veces en las que me pregunto qué sigo haciendo aquí, es obvio que no soy necesaria y no me gusta estar en un ambiente tan tenso - le dije esperando alguna reacción de su parte ante la mención de que deseaba irme - no estoy segura del motivo concreto, y no me interesa conocerlo, de todos modos no vine aquí a hacer amigos

Recordé lo que ese día había pasado en mi habitación, "casualmente" se había incendiado y no había que ser un genio para saber quiénes habían sido.

- Como hoy, por ejemplo, dos vampiros de este castillo dejaron completamente destruída mi habitación, quemaron todas mis cosas y no dejaron absloutamente nada - intenté sonar lo más triste posible mientras inclinaba un poco mi cabeza hacia adelante - no sé usted, pero no creo merecer ese trato, por ello he estado pensando en retirarme

Sus palabras me hicieron curvar una pequeña sonrisa, el solo echo de pensar que ella no quería estar ahí, que no sabía que estaba haciendo ahí y.. que todavia permaneciera en la guardia me hacía reír por dentro, no por que me burlara de su confusión o "pequeña desgracia", si no que para mí era como.. un reto más, para tratar de entender, como había dicho antes y en eso no me habia equivocado, Romina era una vampiresa diferente e las demás me intrigaba y quizá demasiado.

Antes de que pudiera soltar una.. pequña carcajada al aire mi sonrisa se desvaneció, al oirla mencionar sobre alguna "maldad" que le habian echo, no me llegaba a sorprender aquello y aunque no me habia enterado estaba acostumbrado a las "bromas" que se hacian entre la guardia, suponia que era en busca de un poco de diversion, en busca de cambiar por un instante de ambiente.

- Lamento lo que ha tenido que pasar - susurré girandome para verla - Supongo que ya esta buscando otra habitacion ¿no es cierto? En este castillo hay muchas habitaciones y.. se podría decir que.. pocos que las habiten, asi que no tiene de que preocuparse - dije pasandome una mano por el cabello.

Medité un poco su ultimo comentario y suspiré levemente.

- Será una gran perdida para nosotros si usted se retira señorita Romiana.. considerando su afo$rtunado don no creo que mi hermano Aro este muy complacido sobre lo que usted esta pensando, asi que será mejor que lo consulte con él - dije para después extenderle la mano - Si gusta podemos ir a hablar con el ahorita mismo - me ofrecí - Aunque si usted prefiere.. podemos estar un rato más en este jardín

Cuando me preguntó lo de la habitación, simplemente me alcé de hombros, ya sabía que tarde o temprano, Athenadora y Sulplicia harían algo así. La verdad es que no me molestaba, ya estaba acostumbrada a no sentir nada...en el más estricto sentido de la palabra nada. No me arrepentía de nada, no me alegraba de nada, no me enojaba por nada...y así mi vida era maravillosa, porque nada me importaba lo suficiente...al menos nada que no fuera el poder.

- Pues, en realidad no me afecta para nada, simplemente me dieron un buen motivo para irme de compras y escoger un nuevo guardarropa y una nueva habitación - suspiré y dije honestamente, nada dentro de mi habitación era importante como para que me enojara o me entristeciera.

Sin embargo, al mencionar a su hermano Aro, él me tendió su mano y yo no dudé en aprovechar el momento, aunque claro que fingí que dudaba un poco, de ese modo ocultaría mis intenciones un poco. Tomé su mano y la acaricié en un gesto "inconsciente"

- La verdad no quiero importunar a su hermano por ahora, de cualquier modo tengo que pensar en lo que haré si decido irme, y ahora me encuentro perfectamente en el jardín, es un lugar hermoso...pero ese sólo es mi deseo ¿desea que me retire, señor? porque si desea seguir a solas su paseo, puedo irme para no seguir importunándolo

Se alzó de hombros, parecia no importarle del todo y me hizo preguntar si su tono anterior de "tristeza" era fingido, la pregunta me pasó por la cabeza y fue desechada rápidamente al deducir que aquello era cieto.. habia fingido la tristeza en su voz y no le importaba, lo que me hizo torcer una sonrisa por lo.. sagas que era cuando ella tomó mi mano.

El tacto era suave, al igual que.. no, no podía pensar en su nombre tan siquiera mientras tocaba a aquella vampireza, no me lo perdonaria.

Le ayude a ponerse de pie mientras su mano aún permanecia en la mía.

- No es que importune.. si usted gusta retirarse no la detendré - dije - Aunque si se queda sera un placer para mí acompañarla - dije sincero, pero arrepintiendome al instante de lo dicho

Bueno, una cosa era que quisiera el poder y que por ello deseara a Marcus, pero era una mujer y no era tonta, sabía cuando a la gente le incomodaba mi presencia, y vaya que en ese castillo conocía muy bien aquella sensación. Quizás también debería de dejarle más espacio a Marcus o acabaría hartándolo, cosa que yo no deseaba.

- Discúlpeme maestro, y con todo respeto, no es necesario que finja, pues sé perfectamente que no desea seguir en mi compañía - solté su mano y esbocé una débil sonrisa - lo entiendo, sé que debe de tener mejores cosas qué hacer con una simple guardia, así que si no se le ofrece nada más, creo que será lo mejor que me retire - hice una breve inclinación de cabeza en señal de respeto.

Reí con una leve carcajada lo que me hizo sorprenderme de mí mismo, tenía que admitir que era muy apta para ver cosas que uno queria ocultar, en un principio su presecia habia sido inoportuna y hasta incomoda pero ahora me intrigaba el saber mas cosas de ella y por mi parte estaba siendo sincero.

- Con el mismo respeto que usted, le informo que no estoy finjiendo ni tengo el deseo de hacerlo, mis palabras son sinceras y quisiera expresarle en en un principio si me fue molesta su presencia por causas.. que no sin importantes - expresé - Pero por mi parte ya no lo es - dije mientras abria paso para que ella pudiera retirarse si es lo que queria - Pero si es su decision.. no la detengo

¿Quién lo entendía? De verdad quería darme de topes con la pared,p ero repsiré profundamente, debía de mantenerme calmada, que no quería que Marcus conociera mi temperamento...al menos no aún. Por ahora debía de comportarme lo mejor posible frente a él, no quería echarlo todo a perder por un momento de mal genio.

- No lo sé, maestro, la verdad es que me apetece quedarme con usted, pero deseo saber si es verdad que desea estar conmigo...o si sólo lo dice por ser cortés.

Ante su respuesta reí con un poco más de fuerza, ¿no le habia expresado lo que quería ya? Que ella hubiera expresado que queria irse y después que queria quedarse conmigo me confundia pero no dejé que eso se notara.

Volví a mi posicion original, frente a ella y negué con la cabeza, por extraño que pareciera en ese momento estaba muy divertido.

- ¿No lo he expresado ya? - pregunté un poco sarcástico - Soy sincero en lo que digo en este momento, me intriga como es usted Romina - dije entrecerrando los ojos

Me reí con él, en verdad divertida, sin ninguna clase de fingimiento de mi parte. ¿Yo le intrigaba? Eso era bueno, pero ahora yo me ponía a pensar, en verdad Marcus pasaba por algunos momentos también un poco extraños...o yo estaba imaginando cosas, como sea, no es mi problema

Pero lo será si deseas ser reina - una vocecita dentro de mí, me respondió

- Lo siento, es que en verdad quiero quedarme, pero cuando noté que le incomodaba mi presencia, creí que lo mejor era irme, no porque en realidad lo deseara.

Alzé una ceja y empezé a caminar de nuevo lentamente, tampoco era de que me gustara quedarme en un lugar mucho tiempo y menos con aquella mujer, ella podía descifrar más cosas de las que uno queria comunicar.

- Uno puede cambiar de decisión muy rapidamente - susurré - Solo me incomodó su presencia por que estaba pensando... pero a veces la compañia no es tan mala y más si deseo conocer las razones de por que usted es.. como es

- Bueno, si desea puede preguntarme lo que guste maestro, yo le responderé lo más sinceramente posible - dije mientras le dedicaba una amable sonrisa mientras seguíamos caminando por ahí.

Ya podría imaginarme las caras de Suspi y de Dori si nos vieran así, seguramente se enojarían muchísimo, y yo sólo lo disfrutaría con todo, me encantaba ver cómo se enojaban por cada ridiculez, y más cuando se trataba de mí.

¿Lo más sincera posible? Torcí una sonrisa burlona al imaginar sus posibles respuestas a mis preguntas, tendría que estar concentrado en su rostro por algún cambio o atento en algún cambio de tono de voz para ver cuando era sincera y cuando no.

- Ya que obtengo tu permiso - dije encojiendome de hombros - La primera pregunta y es la que más me intriga.. usted no tiene lazos afectivos con alguien.. solo he podido ver lazos de odio o de simle empatia - dije recordando la veces que habia usado mi don para ver con quien tenia algun lazo sentimental